Claudia Sheinbaum, presidenta de México, se enfrenta al desafío de abordar la compleja situación política en Venezuela tras la reciente detención y liberación de la líder opositora María Corina Machado. Aunque enfatiza que su Gobierno no apoya la criminalización de la oposición política y respeta la soberanía de los pueblos, Sheinbaum pide paciencia para obtener más información sobre lo sucedido. Esto ocurre en un contexto donde previamente había solicitado al presidente venezolano, Nicolás Maduro, demostrar la transparencia electoral tras las elecciones de julio. Paralelamente, su envío del embajador mexicano a la investidura de Maduro sugiere un reconocimiento implícito de su mandato. En contraste, el presidente chileno Gabriel Boric, figura destacada de la izquierda latinoamericana, ha calificado vehementemente a la administración de Maduro como dictatorial. Ante estas diferencias de enfoque, Sheinbaum ha evitado entrar en polémica con Boric sobre el tema.
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