El aumento de las temperaturas veraniegas en España ha impulsado una transformación en las cafeterías, que ahora funcionan como oficinas improvisadas para muchos trabajadores autónomos sin aire acondicionado en casa. Con solo el 36,7% de los hogares españoles equipados con climatización, estos espacios se han convertido en refugios climáticos esenciales. En Madrid, donde las temperaturas pueden ser hasta 8,5 grados más altas que en áreas verdes, los efectos del calor urbano agravan el fenómeno. Las cafeterías, adaptadas con enchufes y wifi, se ajustan a las necesidades de quienes buscan un entorno cómodo para trabajar, ofreciendo tarifas específicas y un entorno fresco y productivo. Mientras tanto, en ciudades costeras como Barcelona, aunque la playa sigue siendo un atractivo, las cafeterías también mantienen un equilibrio entre trabajo y disfrute. Esta tendencia refleja un cambio permanente en la forma de trabajar y vivir en las ciudades, con las cafeterías sirviendo como una extensión del hogar.
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