Rafael Correa y Evo Morales, exmandatarios de Ecuador y Bolivia respectivamente, están en el centro de intensas disputas políticas en sus países al intentar volver al poder mientras buscan quedar exonerados de las acusaciones legales que enfrentan. Ambos líderes, populares durante sus mandatos pero ahora envueltos en controversias judiciales, han movilizado a sus seguidores para desafiar tanto a los gobiernos actuales como a los sistemas judiciales que dictaron sus condenas. Sus respectivas campañas políticas se enmarcan en una narrativa de reivindicación, alegando persecución política por parte de las actuales administraciones. Estos esfuerzos se dan en un contexto de polarización política y económica en la región.
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