La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha defendido su transparencia en el proceso de selección de sedes para el Mundial 2030, tras las revelaciones que involucran a María Tato, quien fue cesada de su cargo en la organización del evento. Tato, en una entrevista con El Larguero, afirmó que su salida fue voluntaria y motivada por la presión mediática, negando haber sido despedida y descartando la manipulación en la elección de las sedes. Aseguró que el proceso de selección ha sido usado como arma política y que su nombre se vio envuelto en controversia de forma injusta. En particular, justificó la exclusión de Vigo como sede debido a ajustes técnicos, rechazando cualquier manipulación en los criterios de evaluación. Tato también denunció la manipulación de una grabación en su contra, catalogando el acto como «vergonzante» y ha tomado medidas legales. Tras su salida, expresó sentirse liberada del impacto mediático, aunque su partida deja interrogantes sobre la estabilidad de la RFEF.
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