El complejo penitenciario de Sednaya, símbolo de la represión del régimen sirio de Asad, ha caído tras años de oscuridad, convirtiéndose en epicentro de un dramático desenlace en la guerra civil siria. Conocido como el «matadero humano», el recinto albergó durante décadas miles de desaparecidos sometidos a torturas indescriptibles. Con el colapso del régimen y la toma del control por los rebeldes, miles de presos, algunos llevando años en condiciones inhumanas, han sido liberados, mientras que las familias peregrinan en busca de noticias de sus seres queridos. La operación de rescate para encontrar posibles pasadizos ocultos ha concluido sin éxito, dejando al descubierto el legado de terror de Sednaya y marcando un amargo capítulo final en la historia de la represión política en Siria.
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