Un estudio internacional liderado por el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA) del CSIC ha evidenciado que la lactancia materna exclusiva durante el primer mes no solo beneficia al sistema inmunológico del bebé, sino que también reduce la presencia de genes de resistencia antimicrobiana en el intestino. Publicado en «Nature Communications», la investigación involucró a 66 parejas de madre y bebé, descubriendo que esta práctica contribuye a una microbiota más equilibrada y menos propensa a bacterias resistentes, incluso en partos por cesárea. El estudio, que resalta la importancia de prolongar la lactancia exclusiva, también subraya su papel en la prevención de la resistencia a los antibióticos, un problema creciente de salud pública. Sin embargo, los expertos enfatizan que la decisión sobre la forma de alimentación debe ser libre y respetada, basada en evidencia científica.
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