En el contexto de la Unión Europea, la verificación de edad sigue siendo un tema candente. La Comisión Europea ha encargado el desarrollo de una aplicación para identidades digitales que facilita el proceso de verificación de edad, permitiendo el acceso a contenido restringido para mayores. Este esfuerzo es parte de una serie de medidas que intentan equilibrar la seguridad online con la privacidad del usuario.
La aplicación, concebida como una billetera digital, almacenará pruebas de edad. Al acceder a un sitio restringido, la plataforma solicitará la validación de la edad a través de esta herramienta. Los métodos empleados incluirán identificaciones electrónicas nacionales y físicas, integrándose con la futura Billetera Digital Europea.
El énfasis está puesto en la interoperabilidad, privacidad y seguridad. No obstante, surgen preocupaciones respecto a la privacidad, ya que muchas medidas son opcionales en lugar de obligatorias. Se busca utilizar Pruebas de Conocimiento Cero (ZKPs), técnicas que permiten verificar sin divulgar información detallada, pero su implementación aún no está perfeccionada, lo que genera dudas sobre su eficacia.
Otro aspecto crítico es regular quién puede solicitar la verificación de edad, especialmente tras la eliminación de ciertas protecciones en los Estados miembros. Esto podría permitir un acceso excesivo y descontrolado a datos personales.
La accesibilidad también es un desafío. Personas sin documentación formal, como refugiados y personas sin hogar, podrían quedar excluidas de servicios vitales. Las disparidades en los requisitos de identificación entre los países de la UE agravan el problema, dificultando la verificación de edad para los más vulnerables.
La propuesta, aunque bien intencionada, podría marginar a millones, afectando sus derechos fundamentales. Antes de implementar tales medidas, es crucial asegurar que no comprometan la privacidad, la libertad de expresión y el acceso equitativo a la información digital.