Un día después del discurso de Donald Trump en la ONU, el rey Felipe VI presentó una perspectiva diametralmente opuesta, criticando con firmeza al gobierno israelí por la situación en Gaza, aunque evitó usar el término «genocidio». Durante su intervención, el monarca destacó los vínculos históricos de España con Israel y condenó la actuación israelí, al tiempo que defendió el reconocimiento del Estado de Palestina. Asimismo, Felipe VI subrayó la importancia de las Naciones Unidas, contrastando con la visión crítica de Trump, y abogó por la inmigración como un factor positivo, preocupado por el deterioro de las democracias ante discursos de odio. Además, enfatizó la necesidad de abordar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, reafirmando el compromiso de España hacia una transición energética justa.
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