El divorcio público entre Donald Trump y Elon Musk desató un sismo en la derecha estadounidense, especialmente dentro del movimiento MAGA, que respaldó al expresidente. Steve Bannon, ideólogo nacionalista, lideró el apoyo a Trump, sugiriendo incluso la deportación de Musk. La ruptura se produjo poco después de que Musk desafiara una nueva ley fiscal republicana que tildó de «abominación», lo que pareció dañar a Tesla. El conflicto explotó tras una declaración de Musk en la que vinculaba a Trump con la controvertida «lista Epstein», provocando críticas y teorías de conspiración en el entorno político. Ante el caos, Musk sugirió la creación de un tercer partido político, obteniendo apoyo significativo en redes sociales. La ruptura marca un abrupto fin a una corta alianza política de 136 días.
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