El aterrizaje forzoso de un vuelo chárter que transportaba a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha destacado las crecientes interferencias del sistema de navegación por GPS, una táctica de guerra electrónica en aumento desde la invasión rusa a Ucrania en 2022. Rusia ha sido acusada de provocar estas interferencias, obligando al desvío de vuelos y poniendo en riesgo la aviación civil y marítima. El GPS jamming y spoofing afectan no solo infraestructuras críticas, sino también la gestión del tráfico aéreo. La UE, consciente de estas amenazas, planea desplegar satélites adicionales para reforzar la defensa contra estas perturbaciones, mientras busca ejercer presión diplomática sobre Rusia para detener esta práctica.
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