El jefe del Ejecutivo ha reconocido haber recibido pagos en efectivo por parte del partido en ciertas ocasiones, aunque no recuerda las cantidades exactas ni las fechas específicas. A pesar de estas admisiones, ha defendido la integridad de la financiación del PSOE, calificándola de absolutamente limpia. Esta declaración surge en un contexto de creciente escrutinio sobre las prácticas financieras de los partidos políticos en España.
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