En una rueda de prensa, Pedro Sánchez enfrentó el desafío de mantener una imagen firme ante el escándalo del «caso Koldo», sin asumir culpabilidad alguna. En una puesta en escena más que autocrítica, concluyó solicitando comprensión con un curioso «son las cinco y no he comido». Retó al PP y Vox a presentar una moción de censura, una jugada estratégica ya que, dado el actual balance parlamentario, tal iniciativa no prosperaría. Sánchez insiste en su desconocimiento sobre el asunto, mientras las miradas apuntan a Ábalos y Santos Cerdán, dos figuras clave en el entramado. La solución fue expulsar a Ábalos y aceptar la renuncia de Cerdán, sin ofrecer autocrítica ni medidas estructurales. A pesar del escándalo, Sánchez parece más preocupado por el ruido mediático que por el fondo del problema.
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