Las turbulencias económicas y la complejidad de las cadenas de suministro han puesto en el centro del debate empresarial la gestión del riesgo comercial, transformándola en una prioridad estratégica para las compañías. En este contexto, el seguro de crédito se ha consolidado como una herramienta imprescindible, evolucionando de ser simplemente una opción a convertirse en una exigencia para el crecimiento seguro de las empresas, desde Pymes hasta multinacionales.
La amenaza primaria para la continuidad operativa de muchas compañías no radica en la falta de ventas, sino en el impago de facturas, un problema que precipita la quiebra de una de cada cuatro empresas. La morosidad es, por tanto, un riesgo a prevenir con urgencia. Los seguros de crédito emergen como una solución trifásica que no solo monitoriza la salud financiera de los compradores, sino que también gestiona el recobro de deudas y garantiza un porcentaje de indemnización previamente acordado en caso de impago. Al hacerlo, proporcionan a las empresas un flujo de caja mucho más previsible.
Asimismo, este tipo de seguro ofrece beneficios relevantes como la protección de la tesorería, el acceso mejorado al crédito bancario, la optimización de la gestión de cobros y el fomento del crecimiento empresarial. Esto se logra al proporcionar condiciones de pago más flexibles y abrir la puerta a nuevos mercados.
Las aseguradoras brindan opciones de cobertura adaptadas a diversos perfiles de riesgo. Coface, por ejemplo, es un destacado especialista del sector que ofrece desde soluciones integrales con primas fijas para pequeñas y medianas empresas hasta programas globales para multinacionales, todos ajustados a las necesidades específicas de facturación, dispersión geográfica de los clientes e historial de impagos.
Antes de contratar un seguro de crédito, las empresas deben evaluar varios aspectos clave, como el tipo de póliza y los servicios digitales asociados, así como los términos específicos de indemnización y recobro. Esta evaluación cuidadosa permite a las empresas no solo proteger su tesorería y facilitar el acceso a financiación, sino también convertir el riesgo comercial en una oportunidad de crecimiento. De esta manera, el seguro de crédito se reafirma como un aliado esencial para navegar en un entorno económico cada vez más incierto.
