Un estudio realizado por científicos españoles revela que la adherencia a la dieta mediterránea puede reducir el riesgo de muerte prematura en más del 20%. Presentada en la conferencia anual de Cardiología Preventiva en Milán, la investigación rastreó durante 14 años los hábitos alimenticios de más de 11,000 adultos, destacando que el consumo de frutas, lácteos, frutos secos y aceites insaturados como el de oliva disminuye la mortalidad. La doctora Mercedes Sotos Prieto señala que una mayor adherencia a esta dieta se relaciona con menor mortalidad por todas las causas. En contraste, la ingesta de bebidas gaseosas y productos procesados podría aumentar el riesgo de muerte temprana. Además, el estudio evaluó el impacto ambiental de la dieta, relacionando las elecciones alimenticias con las emisiones de gases de efecto invernadero y el uso de la tierra.
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