En Sharm el Sheij, la conocida ciudad turística egipcia, se entrelazan el ocio, la historia y la geopolítica. Mientras turistas de todo el mundo disfrutan de sus playas y vida nocturna, Israel y Hamás negocian la paz incentivados por la administración Trump. Este enclave, históricamente relevante por su pasado en manos de Israel, ha sido escenario de importantes cumbres internacionales, simbolizando un espacio de encuentros aún en medio de tensiones regionales. La urbe, construida con un trasfondo de corrupción y enriquecimiento, depende del turismo fluctuante, afectado por ataques y percepciones de inseguridad. Pese a sus contradicciones y fachada turística, Sharm sigue siendo un lugar clave para la diplomacia, reflejando tanto las oportunidades como los desafíos de su entorno.
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