Las tensiones diplomáticas entre México y Perú han escalado significativamente debido al asilo otorgado por México a Betssy Chávez, ex primera ministra peruana, lo que llevó a la ruptura oficial de relaciones a principios de noviembre. El presidente peruano, José Jerí, indicó su disposición a autorizar una incursión en la embajada mexicana para arrestar a Chávez, lo cual ha sido severamente condenado por la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum como una violación a la soberanía y al derecho internacional. Jerí, emulando el enfoque de mano dura del presidente salvadoreño Nayib Bukele, ha dejado clara su intención de no permitir lo que considera excesos diplomáticos por parte de México. En tanto, Sheinbaum insiste en la necesidad de resolver las diferencias dentro del marco legal internacional. Las ya tensas relaciones bilaterales sufrieron un deterioro durante la crisis de Pedro Castillo, exacerbadas por acciones y declaraciones de líderes anteriores y actuales de ambos países.
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