La polémica estalló en Vallecas durante el partido entre Rayo Vallecano y Barcelona, cuando el árbitro Busquets Ferrer concedió un penalti sobre Lamine Yamal sin poder consultar el VAR debido a problemas técnicos. Esto generó la furia del técnico del Rayo, Iñigo Pérez, quien exigió explicaciones al cuarto árbitro y amenazó con retirar a su equipo del campo. Tras el partido, Pérez se disculpó por su comportamiento, manifestando frustración por la inconsistencia del VAR, ya que a veces funcionaba y a veces no. Pidió un protocolo claro para situaciones donde el VAR no esté operativo, sugiriendo que es necesario posponer los partidos hasta que se resuelvan estos fallos técnicos.
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