Alejandro, un trabajador de una gasolinera que no ha recibido su salario, refleja la situación de más de dos millones de empleados en México que dependen de propinas para sobrevivir. Recientemente, la Cámara de Diputados aprobó una reforma laboral que obligará a negocios como gasolineras, restaurantes y bares a asegurar un salario mínimo, estableciendo que las propinas no deben sustituir el salario, y promoviendo la distribución equitativa de las mismas. La polémica sobre las propinas ha resurgido tras incidentes violentos por su falta de pago. Aunque la reforma es vista como un avance necesario por algunos, otros, como líderes del sector de restaurantes, advierten sobre posibles impactos negativos en la industria. La importancia del cumplimiento efectivo de estas reformas es subrayada por activistas, quienes también destacan la necesidad de asegurar contratos formales y acceso a la seguridad social para los trabajadores.
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