Septiembre marca un cambio crucial en el ámbito laboral, no solo como fin de las vacaciones, sino como un momento clave para revisar metas y bienestar emocional en el trabajo. Las habilidades blandas o soft skills han emergido como esenciales para el éxito profesional y el equilibrio mental, dejando de ser opcionales.
La comunicación asertiva, la regulación emocional, el pensamiento estratégico y la adaptabilidad son cada vez más valoradas. Estas competencias no solo ayudan en la gestión del cambio y resolución de conflictos, sino también en el clima organizacional y reducción del estrés. Un estudio reciente revela que el 9% de las ofertas laborales demanda estas habilidades, lo que muestra su creciente importancia junto a los conocimientos técnicos.
Amira Bueno, de Cigna Healthcare España, señala que estas soft skills son ahora la infraestructura emocional de las organizaciones, destacando su impacto en la cohesión y sostenibilidad del talento.
Para integrar estas habilidades, Cigna Healthcare ofrece recomendaciones. La curiosidad activa es vital para el aprendizaje continuo, junto al pensamiento sistémico para decisiones informadas. El mindful multitasking propone prestar atención plena a cada tarea, organizando el trabajo en bloques y haciendo pausas para prevenir la fatiga mental. También se destaca la flexibilidad cognitiva para adaptarse a cambios y encontrar soluciones creativas.
Pedir apoyo es visto como un signo de inteligencia emocional, fortaleciendo el trabajo en equipo y la salud mental. Fomentar entornos en los que se comparta la carga laboral puede prevenir el agotamiento y fortalecer vínculos profesionales.
Con estas estrategias, septiembre es una oportunidad para construir un entorno laboral más saludable y resiliente.
