Una semana después del intento fallido de Israel de atentar contra Doha para debilitar a Hamás, una cumbre de países árabes e islámicos ha manifestado su firme apoyo a Qatar. Los participantes instaron a la comunidad internacional a presionar a Israel para finalizar la guerra y detener su historial de violaciones legales, mientras condenaron los ataques israelíes en varias naciones, calificándolos como violaciones a la soberanía. Aunque no se establecieron medidas de presión como el embargo petrolero de 1973, se planteó la creación de una «OTAN árabe e islámica» como posible disuasión. Además, el comunicado final enfatizó la necesidad de sancionar a Israel, revisar relaciones diplomáticas y económicas y reiteró el apoyo a soluciones de coexistencia y soberanía palestina.
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