El conflicto en la región continúa escalando a medida que las facciones armadas intensifican sus ataques, afectando gravemente a la población civil. Las últimas ofensivas han dejado un saldo preocupante de muertos y heridos, con denuncias de violaciones a derechos humanos por parte de diversas organizaciones internacionales. A pesar de los intentos diplomáticos para mediar un alto el fuego, la situación sigue siendo tensa y sin una solución clara a corto plazo, aumentando la preocupación de la comunidad internacional sobre una posible crisis humanitaria.
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