El Reino Unido podría enfrentar serios desafíos si no endurece su política migratoria, advirtió el primer ministro Keir Starmer, proponiendo reducir la migración neta en 100,000 personas anuales. Starmer criticó el manejo del gobierno conservador anterior, señalando que la migración neta se cuadruplicó entre 2019 y 2023, alcanzando casi un millón de personas, una cifra equivalente a la población de Birmingham. Abogó por medidas estrictas, incluyendo requisitos de inglés más altos para obtener visados y prolongar a 10 años el periodo para obtener el estatuto de residente permanente, salvo para médicos y enfermeras. Reformas adicionales contemplan la eliminación del visado de asistencia social y restricciones más rigurosas para trabajadores extranjeros. Las propuestas buscan controlar lo que Starmer califica de caos migratorio actual, criticando el sistema previo como ineficaz y promoviéndose ante el ascenso del partido Reform UK de Nigel Farage.
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