Investigadores han desarrollado una innovadora arquitectura molecular que permite la creación de estructuras con amplios espacios, facilitando el flujo de gases y otras sustancias químicas. Esta tecnología promete optimizar procesos en la industria química, mejorando la eficiencia y reduciendo costos. Las aplicaciones potenciales abarcan desde la captura de contaminantes hasta el almacenamiento de energía, abriendo nuevas oportunidades en diversos campos científicos y tecnológicos.
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