Las Perseidas, conocidas popularmente como lluvia de estrellas, no son ni lluvia ni estrellas. Este fenómeno se produce cuando la Tierra atraviesa la órbita del cometa Swift-Tuttle, el cual deja tras de sí partículas de polvo que al entrar en la atmósfera terrestre se desintegran y brillan. Este cometa, descubierto en 1862, tiene un diámetro de 26 km y sigue una órbita elíptica con un período de 133 años. Aunque se le considera un objeto potencialmente peligroso, observaciones recientes aseguran que no hay riesgo de impacto durante los próximos dos mil años. Su máximo acercamiento futuro está previsto para el 15 de septiembre de 4479.
Leer noticia completa en 20minutos.