El mercado de telecomunicaciones en España se encuentra en el foco de atención tras revelarse que Telefónica y MásOrange, la mayor operadora por número de clientes tras la fusión de MásMóvil y Orange en 2024, están considerando adquirir conjuntamente Vodafone España y dividir sus activos. Este movimiento busca consolidar el sector en un entorno muy competitivo y mejorar la rentabilidad.
El interés de ambas compañías en Vodafone surge después de la adquisición de este por Zegona a finales de 2023 por unos 5.000 millones de euros. Desde entonces, la prioridad ha sido sanear las operaciones del operador británico y maximizar el valor de sus activos para una futura venta.
Las conversaciones entre Telefónica y MásOrange barajan repartir las operaciones de Vodafone: red fija, móvil y segmentación empresarial, con el fin de evitar trabas regulatorias. Además, MásOrange ha expresado interés en adquirir Lowi, la marca económica de Vodafone, para diversificar su oferta.
Telefónica ya ha participado en una operación similar en Brasil en 2020, cuando junto a dos competidores adquirió y distribuyó los activos de Oi. Esta estrategia contó con el aval regulatorio al fortalecer a los actores nacionales y proteger la sostenibilidad del sector.
La presión por rentabilidad y competencia en España es intensa, especialmente en el segmento de bajo coste. Las tarifas económicas han llevado a migraciones constantes de clientes en busca de mejores ofertas. Pese a la fusión de MásMóvil y Orange, la competencia sigue robusta, impulsada por nuevos actores como Digi.
La financiación y el cumplimiento de normativas serán claves para que esta operación se materialice. Telefónica, con un crédito al filo del grado de inversión, ha declarado que no arriesgará su estabilidad financiera. Aun así, se exploran estructuras financieras creativas para viabilizar el acuerdo.
De concretarse este movimiento, España volvería a un esquema dominado por tres grandes operadores, conocido como «las tres marías», con Digi emergiendo como un competidor significativo. Para Telefónica y MásOrange, la adquisición reforzaría su posición y eliminaría un rival relevante.
Aunque aún no hay propuestas firmes, este potencial acuerdo marca el inicio de una nueva etapa en el mercado español de telecomunicaciones. Su evolución dependerá de la respuesta de los reguladores y la habilidad de los operadores para sortear los desafíos de competencia y financiación. Esta operación podría transformar la industria, llevando a una estructura más concentrada y abriendo un nuevo ciclo de rentabilidad e innovación.