Con la llegada del invierno, las bajas temperaturas se instalan en diversas regiones, recordándonos la importancia de una gestión eficiente de la calefacción en nuestros hogares. Este asunto no solo afecta el bienestar económico de las familias, sino también su salud y el impacto ambiental que generamos.
Diversos estudios, respaldados por expertos en climatología y salud, han identificado que la temperatura ideal que se debe mantener en el hogar es de al menos 18°C durante el invierno. Este umbral es crucial, especialmente en hogares con niños pequeños, personas mayores o aquellos con condiciones de salud preexistentes, para evitar complicaciones como la hipotermia o problemas respiratorios. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reafirma que mantener las viviendas por encima de esta temperatura contribuye a reducir considerablemente el riesgo de enfermedades, al tiempo que mejora el confort térmico.
Para aquellos preocupados por la eficiencia energética y el ahorro en las facturas de servicios, es recomendable que la calefacción oscile entre 19°C y 21°C. Traspasar estos límites puede traducirse en un consumo energético innecesario. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), cada grado adicional incrementa el consumo de energía en aproximadamente un 7%. Esto no solo representa un aumento en el gasto familiar, sino que también supone mayores emisiones de carbono, impactando negativamente al medio ambiente.
Existen medidas complementarias que los hogares pueden adoptar para maximizar el uso de la calefacción. Un buen aislamiento térmico, junto con la instalación de termostatos programables y el mantenimiento regular de los sistemas de calefacción, son estrategias que pueden mantener un ambiente confortable y constante, además de mitigar el impacto de los elevados costos energéticos.
Frente a la expectativa de un invierno con temperaturas especialmente bajas, los hogares se enfrentan a un desafío que combina calidez y consumo responsable. Con las prácticas correctas y el conocimiento adecuado, disfrutar de un hogar cálido y acogedor este invierno es posible sin comprometer la salud ni los recursos.