La teniente, caracterizada por portar un cuchillo bien afilado y un uniforme de camuflaje modificado, se describe a sí misma como una mujer «alfa». Su estilo y presencia imponen respeto y autoridad, destacándose en un entorno típicamente dominado por hombres. Su presencia y actitud reflejan un cambio en las dinámicas de poder y roles de género dentro de las fuerzas militares, subrayando la creciente diversidad y aceptación de liderazgos femeninos en el ámbito castrense.
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