Un incidente ocurrió cuando un menor, que había estado realizando la broma de tocar timbres de casas en un vecindario, fue involucrado en un suceso que terminó alarmando a los residentes. El comportamiento juguetón del niño, comúnmente conocido como «ding dong ditch», provocó reacciones diversas entre los vecinos, algunos de los cuales consideraron las travesuras como inocentes, mientras que otros expresaron su preocupación por la seguridad en la comunidad. El evento ha reavivado el debate sobre el equilibrio entre las bromas infantiles y el respeto por la privacidad de los hogares.
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