Los feroces incendios en Los Ángeles, que comenzaron el pasado martes, han provocado hasta ahora al menos 16 muertes y dejado a 16 personas desaparecidas, mientras que 12.000 hogares y comercios han sido destruidos. Con vientos que alcanzan hasta 113 kilómetros por hora, el Servicio Meteorológico Nacional ha emitido alertas de bandera roja, anticipando que el martes será el día más crítico. Más de 150.000 residentes permanecen bajo órdenes de evacuación y, en el transcurso de los disturbios, ya se han arrestado a 49 personas por saqueos. El gobernador de California, Gavin Newsom, ha declarado que estos incendios podrían convertirse en uno de los desastres naturales más costosos en la historia de Estados Unidos, además de ordenar una revisión del suministro de agua y la financiación del cuerpo de bomberos. Previendo pérdidas económicas entre 135.000 y 150.000 millones de dólares, la respuesta de emergencia ha sido limitada por insuficiencias en recursos y desafíos climáticos, como el fuerte viento que ha impedido el uso de retardantes aéreos. Mientras tanto, se intensifica la controversia sobre los recortes presupuestarios en el Departamento de Bomberos de Los Ángeles, que enfrentará reducciones significativas en 2025.
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