En la crianza respetuosa, las palabras y frases que utilizamos con los niños pueden impactar su autoestima y autonomía. La expresión «Así no se hace, déjame a mí» es desaconsejada, ya que puede limitar la independencia y confianza personal del niño al resolver problemas. La psicóloga Becky Kennedy resalta en sus investigaciones la importancia de permitir que los niños enfrenten dificultades, lo que fomenta la resiliencia y autorregulación emocional. Este enfoque no debe confundirse con permisividad, sino que implica establecer límites claros y consistentes basados en la validación emocional. La figura de los «padres faro» muestra cómo acompañar a los hijos sin resolver sus desafíos, promoviendo que ellos mismos descubran sus recursos internos. Permitir que los niños cometan errores y aprendan de ellos es clave para su crecimiento emocional y personal.
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