La mayoría de los consumidores españoles ha recurrido en alguna ocasión a préstamos para adquisiciones como viviendas, reformas, automóviles e incluso para gastos menores mediante tarjetas de crédito, enfrentándose al pago de intereses. El incumplimiento en los pagos puede generar el «efecto bola de nieve», incrementando la carga financiera. Como solución, se sugiere la refinanciación de deudas, que implica renegociar términos para obtener condiciones más favorables, aunque podría resultar en un coste total mayor. Existen tres tipos principales de refinanciación: novación, reunificación de deudas y subrogación, cada uno con sus propias características y costos. Refinanciar, cuando hay riesgo de incumplimiento, ayuda a evitar el recurso a compañías de recobro.
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