La futura ley de Protección y Ordenación de la Costa valenciana, promovida por el PP, ha generado polémica debido a su reciente enmienda que reduce el límite de edificaciones como hoteles a 200 metros de la orilla, frente a los 500 metros previos. Mientras algunos ven en esta modificación un impulso al desarrollo, opositores, juristas y expertos en geografía critican la medida por priorizar la construcción sobre la protección del litoral, sugiriendo que podría propiciar una urbanización desmedida. Expertos como Eulàlia Sanjaume enfatizan que proteger el entorno y edificar son acciones contrapuestas, reclamando una revisión más cuidadosa del impacto ecológico. Además, hay un llamado a preservar asentamientos tradicionales y buscar soluciones basadas en la naturaleza ante el avance del mar. La normativa ha suscitado un debate profundo sobre la necesidad de equilibrar intereses económicos con la sostenibilidad ambiental y la preservación cultural.
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