En un esfuerzo por combatir el despilfarro alimentario, la calabaza cacahuete emerge como una solución local efectiva en España. En el marco del Día Mundial contra el Desperdicio de Alimentos, se subraya la necesidad urgente de aprovechar al máximo los alimentos que producimos y consumimos. Actualmente, cada español descarta aproximadamente 28 kilos de comida al año, contribuyendo a la estadística preocupante de la FAO que indica que un tercio de los alimentos producidos globalmente se desperdician.
La calabaza cacahuete, conocida por su dulzura y textura versátil, se encuentra en su pico de cosecha. Esta hortaliza no solo es una opción culinaria atractiva, sino también una herramienta contra el desperdicio, especialmente relevante durante Halloween. El aumento de popularidad de esta celebración en España ha generado mayor uso decorativo de calabazas, replicando en menor escala el fenómeno del Reino Unido, donde se desechan 18 millones al año después de esta fiesta.
El proyecto Love Klabaza, conformado por productores de calabaza cacahuete, se dedica a enfrentar este desafío. En la reciente celebración de Halloween, distribuyeron más de 9.000 kilos de calabazas en 60 colegios, permitiendo que más de 11.000 niños participaran no solo en la decoración, sino también en la cocina junto a sus familias. Amparo Pellicer, representante de Love Klabaza, resalta la importancia de elegir productos nacionales y fomentar su doble uso culinario para reducir el desperdicio alimentario y reconocer el trabajo de los agricultores locales.
La coincidencia de la recolección de esta calabaza con fechas significativas subraya una oportunidad crucial para promover un consumo responsable y sostenible, posicionando a esta versátil hortaliza como una aliada en la lucha contra el despilfarro alimentario.