Israel y Líbano han acordado un alto el fuego tras meses de conflicto, mediado por Estados Unidos en los últimos días de la administración de Joe Biden. Este acuerdo, que comenzará a las 4 de la mañana del miércoles, busca una tregua temporal de 60 días, con la posibilidad de prolongarse si tiene éxito, aunque está cargado de incertidumbres, como el real desarme de Hizbulá en el sur del Líbano. A pesar de que Hizbulá seguirá existiendo con sus capacidades militares en buena parte intactas, el acuerdo favorece una retirada hacia el norte del río Litani. Dentro de Israel, el acuerdo recibe divisiones políticas, y algunos temen que pueda ser roto en caso de violaciones por parte de Hizbulá. Un comité internacional, con la Unifil y el ejército libanés a la cabeza, se encargará de supervisar el cese del conflicto. Las motivaciones del acuerdo incluyen la fatiga de las tropas israelíes y las presiones del presidente electo Donald Trump para finalizar la confrontación antes de asumir el cargo.
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