En la víspera de la cumbre de la Alianza, el presidente de Estados Unidos enfatiza la importancia de mantener un objetivo económico del 5% para todos los países miembros, a excepción de su propio país. Critica a otra nación por su historial de aportaciones insuficientes, sugiriendo que históricamente han sido buenos negociadores o han actuado de manera incorrecta en sus contribuciones financieras. Esta postura refleja las tensiones existentes en las negociaciones internacionales y destaca las expectativas de equidad en la distribución de responsabilidades.
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