La creciente tensión en las relaciones internacionales plantea serias interrogantes sobre la seguridad europea y la fiabilidad de las alianzas transatlánticas, en un contexto donde Europa parece haber reaccionado de manera tardía a las amenazas impuestas por Rusia y, más recientemente, por la renovada presidencia de Donald Trump en EE.UU. Desde la advertencia de Angela Merkel en 2017 sobre la necesidad de una Europa más autónoma, hasta las recientes acciones y discursos que implican un distanciamiento entre las potencias occidentales y Moscú, el continente enfrenta desafíos internos y externos significativos. Con un Donald Trump centrado en una negociación de paz con Rusia y la posibilidad de una retirada militar estadounidense, Europa, especialmente los países bálticos, se encuentra en una situación de vulnerabilidad. Los expertos insisten en la urgencia de diseñar una estrategia que fortalezca la unidad europea y mejore sus capacidades de defensa, reivindicando a su vez un compromiso firme con Ucrania. Este panorama, según analistas, demanda una reevaluación de los intereses europeos y una respuesta más proactiva frente a la evolución del orden global.
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