El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha activado la ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para acelerar la deportación de inmigrantes indocumentados, una acción que ha sido criticada por Amnistía Internacional como una medida «cruel» y «xenófoba». Esta legislación, históricamente utilizada durante las Guerras Mundiales para detener y expulsar extranjeros de naciones enemigas, ahora se enfoca en migrantes vinculados al Tren de Aragua, un grupo considerado terrorista por Washington. La invocación de esta ley otorga amplios poderes a Trump para deportar a individuos, lo que ha suscitado preocupaciones sobre posibles violaciones de derechos humanos. En respuesta, un tribunal federal, liderado por el juez James E. Boasberg, ha emitido una orden de restricción temporal que bloquea la deportación de cinco venezolanos detenidos, mientras se evaluarán más acciones legales en este controvertido asunto.
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