En un encuentro en Alaska, Donald Trump y Vladimir Putin protagonizaron una reunión que, aunque fue calificada por ambos como «muy productiva», no logró avances concretos en cuanto a la situación en Ucrania. Trump buscaba ser visto como un mediador merecedor de un Nobel, mientras que Putin ansiaba un trato de igual de parte del presidente estadounidense, lo cual consiguió. A pesar de un ambiente cordial, no se logró ningún compromiso de alto el fuego. La reunión, que duró apenas doce minutos sin sustancia significativa, dejó a Putin fortalecido al romper su aislamiento internacional, mientras Trump confirmó su actitud amistosa hacia el líder ruso. Aunque se hablaron de «acuerdos en algunas cuestiones», no se presentaron compromisos claros, y ambos líderes evitaron responder preguntas de la prensa. La cita fue vista críticamente por analistas que consideran que Putin consiguió más beneficios mediáticos, sin necesidad de hacer concesiones.
Leer noticia completa de Internacional en El Independiente.