Turbo VIL, conocido como Turbo de Cádiz, es una figura emblemática en la historia del galguismo español. Este excepcional galgo dejó una huella indeleble al convertirse en subcampeón de España en la temporada 1993/1994, en la localidad de Seseña, Toledo. Turbo no solo destacó por sus impresionantes habilidades en la pista, sino también por su linaje de campeones, siendo propiedad de Don José Franco Sánchez y Don Fermín Borquez Escribano, representantes de la Sociedad Galguera Fuente de Rey de Cádiz.
Turbo de Cádiz se distinguió por su portentoso origen y genética. Era un galgo barcino oscuro, hijo de la prestigiosa Campanera, una campeona icónica de España, y de Turbo de Badajoz, también campeón nacional. La línea genética de Turbo de Badajoz es digna de mención por su rica herencia, incluyendo a tres campeones en su árbol genealógico.
La historia de Turbo inicia en el invierno de 1992. Su madre, Campanera, fue adquirida por Don José Franco de un amigo en Valladolid, y su padre provenía de una línea de campeones. En una camada donde el color barcino claro era el preferido, Turbo quedó relegado debido a su tonalidad oscura, lo que lo llevó a permanecer en casa. Desde su primera carrera a los diez meses, donde mostró indicios de su fuerza y tenacidad, se vislumbraba su potencial.
A lo largo de su carrera, Turbo se enfrentó a numerosos rivales en las competiciones provinciales y nacionales, y se destacó en cada fase del campeonato. En la final del Campeonato Nacional de Seseña, corrió bajo el intenso seguimiento de aficionados y fue la estrella del evento, dejando una impresión profunda, aunque finalmente terminó como subcampeón.
El legado de Turbo de Cádiz no se limita a sus logros en la pista. Don José recuerda con cariño la épica carrera del 31 de enero en El Pozo de la Huerta, donde Turbo demostró una resistencia extraordinaria a pesar de haber estado en reposo tras el nacional. Ese día, capturó una liebre que dejó a todos asombrados, y la valentía que mostró en ese momento se convirtió en un recuerdo inquebrantable en la memoria de su propietario.
Turbo de Cádiz es recordado por su lealtad, su codicia insaciable y su resistencia destacada. Durante su carrera, logró cazar aproximadamente 250 liebres, convirtiéndose en un símbolo y una inspiración para muchos galgueros. Su presencia y su carrera han dejado una huella imborrable en el corazón de quienes lo vieron correr, asegurando que su espíritu indomable viva en el legado del galguismo español.
Fuente: Federación Andaluza de Galdos.