Carlos, integrante del Grupo Fugitivo, se salvó de un trágico destino al llegar tarde a una presentación en Reynosa, Tamaulipas, donde sus compañeros fueron asesinados. La ciudad fronteriza está conmocionada por el crimen, con vínculos a una célula del Cártel del Golfo, de la cual hay nueve detenidos. Los músicos fueron vistos por última vez en un bar, y posteriormente secuestrados cuando se dirigían a un evento privado. La Fiscalía encontró cuerpos calcinados, presuntamente de la banda, en un basurero clandestino. La investigación sigue abierta, mientras familiares mantienen la esperanza de encontrar a sus seres queridos vivos, demandando identificación a través de pruebas de ADN. Este caso subraya la cruda realidad de la violencia en la región.
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