En pleno auge de la era del streaming, un estudio de la Universidad de Kansas revela que el acceso flexible a las plataformas de video bajo demanda está provocando que las personas se acuesten más temprano que hace 20 años, especialmente los jóvenes de entre 18 y 29 años. La capacidad de elegir el momento de visualización sin restricciones de programación ha reducido el hábito de trasnochar para ver programas específicos, llevando a un adelanto en el horario de sueño. A diferencia de las generaciones más jóvenes, los mayores de 65 años, más acostumbrados a la televisión en vivo, han mantenido sus hábitos nocturnos. Esta tendencia hacia un sueño más saludable refleja cómo el cambio en el consumo de contenidos está transformando la rutina diaria de los espectadores.
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