El equipo malagueño dominó de principio a fin y derrotó a un Real Madrid sin energía y falto de precisión, consiguiendo su cuarto título en apenas año y medio. Este triunfo se suma al de la Intercontinental, obtenido apenas una semana antes, consolidando a los de Ibon Navarro como un rival formidable en el baloncesto.
Leer noticia completa en El Mundo.