Las universidades españolas han dado un paso hacia la armonización de los exámenes de Selectividad, al designar 550 especialistas para estructurar un formato unificado. La Conferencia de Rectores (CRUE) ha presentado un modelo que, aunque orienta hacia la uniformidad, no será obligatorio, permitiendo que las autonomías mantengan cierto grado de independencia. Un ejemplo es Cataluña, que planea seguir incluyendo pruebas de escucha en inglés. De los 35 exámenes, 32 alcanzaron un consenso en su estructura, mientras en materias como Portugués e Italiano aún no hay acuerdo. Introducciones como la penalización por faltas de ortografía y una mayor competencia en las pruebas, marcarán el inicio de esta nueva armonización, aunque las diferencias curriculares entre comunidades complican una unificación total.
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