En el esperado debate televisivo, los candidatos a vicepresidentes de los dos principales partidos se acusaron mutuamente de las acciones de Irán. Ambos señalaron la responsabilidad del adversario en la escalada de tensión con Teherán y debatieron sobre las políticas exteriores de sus respectivos gobiernos. Las recriminaciones dominaron una parte significativa del intercambio, reflejando la polarización y la importancia del tema en la campaña electoral.
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