Las abejas melíferas, conocidas principalmente por su asociación con la apicultura, también existen en forma silvestre, donde habitan en cavidades naturales como agujeros en árboles. Investigaciones recientes revelan que hay más colonias silvestres de lo que se cree, especialmente en Europa. Estas colonias muestran una interesante convivencia con otras especies que benefician su supervivencia, como los pseudoescorpiones que controlan los ácaros Varroa. El interés en estas abejas salvajes ha aumentado debido a problemas en colmenas domésticas y el declive de polinizadores. Estudios sugieren que las abejas silvestres poseen un valioso tesoro genético debido a su evolución por selección natural. En Galicia, por ejemplo, investigadores han encontrado colonias utilizando postes eléctricos como hábitats, lo que facilita su estudio. Esta exploración podría influir en prácticas apicultoras, promoviendo un manejo menos intervencionista y más en sintonía con su vida silvestre.
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