Ely, conocida como la «elefanta más triste del mundo», finalmente recibió el amparo de la justicia mexicana. Tras años de vivir en soledad en el zoológico de San Juan de Aragón después de ser rescatada de un circo, donde sufrió desnutrición y problemas de salud, la Suprema Corte de México dictaminó que sus condiciones deben mejorar constantemente. La muerte de su compañera Maggie en 2016 dejó a Ely deprimida y golpeándose contra las paredes del recinto, lo que movilizó a activistas como Diana Valencia para luchar por su bienestar. Aunque el zoológico ha mejorado su entorno y ha incorporado a otros dos elefantes, activistas como Valencia siguen buscando su traslado a un santuario, argumentando que el cautiverio daña profundamente a estos animales. Mientras tanto, las autoridades del zoológico aseguran que Ely muestra mejorías y está estable.
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