Las exmonjas del Monasterio de Santa Clara de Belorado se trasladan a Arriondas, Asturias, para inaugurar un restaurante y producir sus reconocidos chocolates, respondiendo así a presiones económicas y burocráticas derivadas de una demanda de desahucio interpuesta por el Arzobispado de Burgos. Han alquilado el hotel restaurante Ribera del Chicu por 1.600 euros mensuales, transformándolo en el primer restaurante de clausura. Tres de las exreligiosas gestionarán el negocio, mientras que el resto permanece en Belorado fortaleciendo su comunidad. Las monjas, enfrentadas a complicaciones administrativas en su localidad de origen, trasladan además un proyecto de cría y entrenamiento de perros a un terreno cercano con los permisos pertinentes, asegurando que la estancia es una medida temporal mientras se dirime el conflicto legal.
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