En una rueda de prensa anticipando la final de la Copa del Rey, el árbitro de campo, junto a González Fuertes, quien será el encargado del VAR, insinuó la posibilidad de una huelga debido a la necesidad de tomar «medidas más serias» en el arbitraje. Esta declaración sugiere un malestar creciente entre los árbitros, que podría afectar al desarrollo del campeonato y pone de manifiesto tensiones internas en el colectivo arbitral justo antes de un evento deportivo de alto perfil.
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