Después de que Rusia fuera vetada del certamen musical europeo, el presidente Vladimir Putin ha decidido revitalizar un antiguo concurso musical, Gagarin, como una alternativa nacional. Este paso busca no solo avivar el orgullo cultural ruso, sino también ofrecer una plataforma para talentos locales en medio de tensiones políticas con Occidente. La iniciativa es vista como un movimiento estratégico para reafirmar la identidad nacional y garantizar la presencia de Rusia en el panorama musical internacional.
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