El gasto global en servicios de infraestructura cloud alcanzó los 95.300 millones de dólares en el segundo trimestre de 2025, con un crecimiento interanual del 22%, según datos de Canalys. Este incremento consolida a la nube como elemento clave en la transformación digital y el desarrollo de la inteligencia artificial (IA).
El crecimiento del mercado se debe principalmente al auge en el consumo de IA, que demanda una alta capacidad de cómputo, la migración de sistemas heredados a entornos cloud y la expansión de empresas nativas digitales que aprovechan la elasticidad de la nube. Además, las organizaciones están adoptando un enfoque multimodelo para alternar entre diferentes modelos de IA según sus necesidades.
En el panorama de proveedores, AWS, Microsoft Azure y Google Cloud dominan el mercado con un 65% del gasto global. AWS lidera con un 32% de cuota de mercado y un crecimiento del 17% interanual, apoyado por nuevos servicios de IA y una cartera de pedidos de 195.000 millones de dólares. Microsoft Azure ha experimentado un crecimiento interanual del 39%, alcanzando el 22% de la cuota, gracias a su plataforma Azure AI Foundry. Google Cloud, por su parte, ha aumentado su cuota al 11% con un crecimiento del 34% interanual.
Las inversiones en infraestructura han alcanzado cifras récord. AWS, Microsoft y Google han elevado significativamente sus presupuestos de capital para mejorar la capacidad de cómputo y expansión geográfica. Estos esfuerzos responden a la creciente demanda que enfrenta limitaciones de recursos como semiconductores y energía.
En el sector se observa un fenómeno de «coopetition», donde, a pesar de la competencia, empresas como AWS y Google Cloud colaboran en capacidad y distribución para responder al acelerado consumo de IA. Esta dinámica busca ofrecer modelos accesibles para sectores como banca, salud y logística.
En conclusión, la infraestructura cloud se ha convertido en la columna vertebral de la IA, esencial para el entrenamiento y despliegue de modelos avanzados. El desafío radica en crecer de manera sostenible, considerando restricciones energéticas y la necesidad de transparencia en el uso de la IA. La nube ha demostrado ser no solo una herramienta tecnológica, sino un pilar fundamental en la economía digital actual.